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¡Hola, amantes de las letras!
Hoy os traemos la reseña del último trabajo de un escritor que es muy especial para mí, una gran persona, un gran amigo.
Quiero dar las gracias al escritor por el envío de un ejemplar en papel de este libro.

¿Os apetece saber de qué va «Tardes de lluvia»? Pues seguir leyendo 👇👇👇 ¡¡Comenzamos con la reseña de estos relatos cortos!!
Datos bibliográficos

- Título: Tardes de lluvia
- Autor: Alberto Giménez Prieto
- Editorial: Granada Club Selección
- Formato: papel
- Nº de páginas: 161
- Género literario: relatos cortos – narrativa contemporanea
- Fecha publicación: 1ª edición – 2022
Biografía del autor

Alberto Giménez Prieto (Valencia 1952), abogado jubilado. Ha sido galardonado por el Ateneo Cultural de Paterna (2017), Alfambra (2018), Universidad Alberto Hurtado de Santiago de Chile (2018), «Sol de otoño»2018), Ayuntamiento de Godella (2018), Canyada d’Art (2019), Ayuntamiento de Los Alcazares (2020), Espejismos «Fragmentos del exilio» (2021), Proyecto Global de Cultura Granada Costa (2021), Amnistian Internacional de Madrid de (2021).
Tiene publicadas, otras tres obras: «Comprimidos para la memoria o acuerdos comprimidos» (2017), «Un asunto más» (Ed. Sargantana 2018), «Fauna Ibérica» (2019) aparte de haber sido incluido en más de una quincena de antologías, publica en periódicos literarios y participa en varios grupos.
Sinopsis
Todo el mundo se cree capaz, hasta yo, de poner una pica en este Flandes cultural. Todos nos creemos con derecho a aburrir al personal, que para eso estamos en democracia y de esos atrevimientos, temerarios en ocasiones, surgen estas historias de unos tiempos, en que los creadores somos más que los espectadores, sea en literatura, en música, en pintura, en cine o en cualquiera de las otras artes.
Mientras el mundo idolatra ese nuevo becerro de oro que es la incultura eficiente, la ignorancia deseada, estas historias, unas son utópicas, otras distópicas el resto sencillamente mediopensionistas, me han pedido que antes de que la nueva inquisición se cierna sobre nosotros, se las cuente, como antes se hacía en las tardes de lluvia.
Si algún día la Historia deja de ser el diario de los vencedores y la humanidad recupera la razón, si descubre que la inteligencia era perseguida como delito para que a nuestros gobernantes no los denostara su propia ignorancia, si vislumbra que para progresar había que hundirse en el oscurantismo, respirará satisfecha desde otro periodo en blanco.
Reseña/opinión personal
Según la Real Academia de la Lengua Española, define Visionario, ria:
De visión y -ario.
1. adj. Dicho de una persona: Que, por su fantasía exaltada, se figura y cree con facilidad cosas quiméricas. U. t. c. s.
2. adj. Que se adelanta a su tiempo o tiene visión de futuro. Apl. a pers., u. t. c. s.
Empezar una reseña aludiendo a una definición de la RAE tiene su razón, al menos, desde el punto de vista de una lectora que se exprime las neuronas de observar, leer y reflexionar ante una realidad tan evidente, cercana y abismal en el talento de creación e intuición de Alberto Giménez, el autor de Tardes de lluvia, un libro visionario de un futuro tan inmediato como es mañana, que quiero y deseo presentar, como acto de conciliación con una humanidad que se dispersa en imágenes sostenible en pantallas de alto voltaje y en la virtualidad de lo insustancial, y elude la existencia de la inteligencia y la razón para no evitar en caer en el oscurantismo y, ostracismo que nos pisa los talones e ignora, por saberse más poderosa que el destino trazado, no sé dónde exactamente.
«Dentro de unos años, si la memoria no nos ha abandonado y la soportamos, la vergüenza nos devorará por lo que hemos aguantado sin levantar la voz para decir ¡aquí estoy!»
En Tardes de lluvia, las gotas de una llovizna sutil y persistente se precipita por la piel para impregnarse bajo la epidermis, y correr acelerada por las venas para intensificar esa realidad que, tenemos delante de los ojos y que no vemos, ciegos por este «nuevo becerro de oro que es la incultura eficiente».
Su autor, Alberto Giménez, escritor, viajero, lector obseso, amante de las artes, pintor, filósofo, abogado, cultivado a la vieja usanza de devorar libros y más libros de Historia, filosofía, clásicos de ayer y hoy, jurídicos, plástica y ARTE en mayúsculas. Un sabio resguardado al amparo de su biblioteca. Educado en la ley no escrita de que «el esfuerzo se corresponde con éxito», después cada uno define éxito a su conveniencia, necesidad o existencia. Su éxito es rodearse de magníficos libros, observar desde el sosiego de una conciencia entregada al bien común, de no dormirse en los laureles, y escribir para dejar constancia de una sociedad que muere de gloria y fama en likes.
Tardes de lluvia es un pequeño gran libro de 25 relatos y cuentos, con ese aire valleinclanesco de ironía ilustrada en un lenguaje trabajado y, esmerado en el clasicismo más actual. Sátira, cuya acidez se diluye en historias imaginadas en la mente de un autor que observa una sociedad a la deriva de los acontecimientos, analiza el poder absoluto y la soberbia de mandatarios enfrascados en diálogos absurdos con ellos mismos, y sus efectos más perniciosos para una humanidad, que se desata en un conformismo ambivalente de omitir sus consecuencias o, decir amén a todas las propuestas, sin cuestionarse ninguna razón.
«Si algún día la humanidad exhuma nuestras insensateces y descubre el peligro que nos enfrentáramos…, que los esclavos veneraban a sus amos y que aplaudían cada latigazo que recibían, si llegan a descubrirlo agradecerán nuestra extinción.»
El autor se hace servir de la metacultura y la intrahistoria de la creación artística para desarrollar cuentos en los que pseudoescritores se aprovechan de seres reales para afianzarse en la fama, como en El Personaje. O, en el chantaje emocional entre un escritor y su personaje, que desea una vida propia y una vivienda ajustada a su caché, en La vivienda. La genialidad de aunar en un microcuento la existencia de Dios y la creación del dedo virtual en Celestial previsión, hay que añadir que esta historia fue finalista en 2018, en el Concurso de Microrrelatos de Godella.
En otros momentos, el autor es un protagonista más de uno de sus relatos, un cuentista cansado y aburrido de la nueva hornada de narradores de relatos «breves» cursis y anodinos como los ánimos que los imaginan. Y, para ello, derrocha el ingenio en dar las pautas que realmente interesan al buen lector de cuentos con o sin moraleja, «una historia que nazca se desarrolle y concluya…, para que mi imaginación de lector colabore, interactúe, creo que así lo llaman ahora.», en el cuento ¿Usted que cuenta?
Escritores fingidos y ladrones de historias, oportunistas del tres al cuarto que no tienen más neuronas que robar al ajeno de buena voluntad, El viejo cuentacuentos, que recuerdan a muchos que se vanaglorian de su arte hurtado.
Historias distópicas y apocalípticas de confundir fantasía y realidad. Otras, de mezclar la xenofobia actual, el europeísmo del que nos orgullecemos y la búsqueda de la inspiración literaria, desde un humor sutil y, algo o mucho de negro, para denunciar los desquites sociales, reflejos que desde la lectura y la reflexión avergüenzan, de tan siniestra actualidad. El premio, ¡apaga la luz!, sigamos con la cocina… A veces, tira de nostalgia para deformar una existencia desposeída de valores literarios en la competencia de escritores de privilegiada estampa. Unos, títeres en manos tijeras de dudosa reputación, otros superhéroes de un espectáculo diseñado, para el puro lucimiento de impostar capacidades exentas de verdad, ejemplo Un vecindario tranquilo, inmunizados contra el «virus de la cultura», o en Misión cumplida.
Alberto Giménez toca todos los palos artísticos para crear cuentos que atrapan las emociones para darle una vuelta de tuerca a la razón. Leer sus relatos, sus cuentos no te dejan indiferente, es una pausa en lo cotidiano para observar lo no correspondido y, deliberar entre el bien y el mal; entre aceptar el despotismo que se agiganta por momentos o, alzar el arma de la palabra para combatir tanto despropósito. Un instante de preguntar y encontrar respuestas sin artificios ni banalidades.
Por ello, la música, la guitarra protagonizan su momento en Música se escribe con acento en el corazón, para salvar vidas de amargas sonrisas o, El amigo de la guitarra, el sarcasmo del destino que muerde con todas sus agallas, a pesar del ERE y el FOGASA. El ruido, una oda a la vida. El desdén de toda arrogancia que mira por encima del hombro queriendo dominar el universo en El debut.
Preocupado por el valor de la ignorancia humana y su inconsciencia en cuestiones de cultura y educación, bastiones inequívocos para el desarrollo social e individual, y como la Cultura de la apariencia tan sólo se representa en adalides de exclusividades y novedades en un attrezzo. Y es que, la venganza siempre se sirve en plato frío. Por mucha reconversión y reinvención, de artistas olvidados por los nuevos tiempos, en politicuchos criogenizados de mediocridad latente, Adiós a los divos.
Y es que El talento oculto desconoce los sinsabores de la fama y enloquece con el fracaso.
Cuentos, relatos de sabor agridulce, en ocasiones amargos, de acidez punzante, pero siempre reseguidos de un humor que encanta y, no pervierte la sabiduría que encierra cada encuentro con las palabras mojadas de lluvia, con las frases húmedas engarzadas en experiencias cotidianas, en detalles calados y locuaces de un lenguaje rico en contenido, en la forma de una prosa rociada que no divaga ni sucumbe en dudas, de un léxico postmoderno empapado por influencias de mal gusto, que empobrece la lengua en emojis de diseño oportunista.
No puedo decir más que, leer y aprender, leer y pensar, leer y emocionarme, leer para escribir más y mejor, leer para sacudir la conciencia, leer y elevar mi inconformismo, leer para no caer en gracia sino para luchar por la vida, la Tierra, el ser humano, la sociedad, la cultura y evitar todos los desastres que acuden con los nubarrones. Eso es, Tardes de lluvia, maná de agua para la sed de una sociedad ahogada por las convulsiones y pulsiones de mandatarios de arrogancia infinita, que nos sentencian con sus fakes news, la desinformación y el engaño inaudito de creer lo que ellos quieran que creamos.
Alberto Giménez Prieto, no vende su alma a diablo, ni cobra mordidas de partidos políticos, ni siquiera defiende ideologías polarizadas a los extremos. Sencillamente, es un científico intelectual que observa, analiza y medita los derroteros actuales y, visiona el futuro más inmediato de un mundo que se mueve sin pararse a pensar a dónde quiere ir.
Tardes de lluvia es una pequeña joya literaria que no precisa de los convencionalismos actuales para aflorar entre las tormentas de las categorías y, las inundaciones que produce el absentismo mental.
Nuestra puntuación
Una lectura comprometida con el ser humano y el ARTE de pensar.
Dolors

Algunas obras del autor
Os dejamos varios enlaces donde poder localizar/seguir al autor:
Twitter @lumbrealberto
Instagram: @lumbrealberto
Facebook: Alberto Giménez Prieto
Email lumbrealberto@hotmail.com

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Gracias a Leer y recomendar por darme la oportunidad de escribir esta reseña a un libro profético, magnífico de un autor excelente, vanguardista, intelectual, gran persona y mejor amigo.
Gracias sinceras a ambos.
Sabes que siempre es un placer tenerte cerca y leerte. Un abrazo enorme y gracias por tu tiempo dedicado al blog.